Pobre hombre...¿qué quería...?
Se sentó ahí y no había forma de que se fuera.
Yo hacía la foto al conjunto de esa zona del puerto, pero "ná de ná". Dijo que quería salir... que nunca le hacían una foto... que se la enviase por un pajarillo, cualquiera, qué más da, dijo, una alondra mismo. Que no tenía por casa más que un trocito de cielo perdido entre unas cuantas nubes viejecitas que juguetonas deambulan de allá para acá, llevándole allí donde la suerte lo quiera dejar, porque ¿cómo soñar con ir a dónde sus deseos le llevaran...?
Disparé.
No lo maté porque el rayo era inocuo, pero él ni por esas. Y es que le pedí que riera un poco.
- ¿Reir...? me miró son sorna como diciendo ¿ por qué reir...? ¿para qué reir...? Deja que siga flotando en este trozo de tul que me dejó mi nubecita para enjugar alguna lágrima, pero ya ves, no lloré, pero tampoco me pidas que ría, hombre".
No habló pero le escuché lo que anoto. Raro, muy raro, pensé.
Le miré otra vez. No lo reconocí.
Se levantó, extendió sus brazos y en menos de un abrir y cerrar de ojos despareció abrazado a una gaviota que su amiga la nube se había cuidado de enviar para que no se quedase en aquel sitio que por parecer bonito no dejaba de ser frío y algo inhóspito.
El rayo plasmó su imagen en el corazón de mi cámara y ahora como un espejo me la devuelve.
Vuelvo a mirarlo.
- No es él, ¡que va...! ¿Quien sería aquel hombre...?
Quizás cuando vuelva otro día por allí, intentaré hacer otra foto y me quedaré quieto a ver si cualquier nubecilla que pase se apercibe que lo espero y me lo envía un momento. No hay problema, si no es una gaviota será un cormorán o si no una pequeña golondrina de mar quien me lo traerá. Lo importante es que vuelva... porque... ¿qué voy a hacer sin él...?
Creo que no soy yo quien ha escrito lo que antecede a estos últimos garabatos. No sé quien será, pero por si acaso os dejo la foto que quedó impresa tanto en mi retina como en la de mi máquina. Quizás vosotros lo reconozcáis. Si así es, dadle recuerdos de mi parte. Decidle que le recuerdo, que me gustaría volverle a ver y que la próxima vez espero que me afrezca una sonrisa. ¿Habrá próxima vez…?
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¡A veces no debería escribir lo que pienso porque lo que pienso no es lo que escribo...!
-Foto del autor del blog en el puerto del Grove (Pontevedra)