jueves, 28 de mayo de 2015

Escucha esto que te "regalo".



¡Hola....!!!!!!!!!!


Lo parece ¿verdad? parece que esté muerto... ¿Quién, quién ha fenecido... y yo sin enterarme? ¡Ahhhhhhhhhhh............iba por mi...!

Pues no, de momento sigo dando guerra.  Cierto es que paso poco por aquí aunque no lo tenga olvidado. Hago muchas promesas de entrar más, quiero decir subir más entradas, pero la "carne es flaca" uno propone y el tiempo dispone. 

Intentaré "mover" este modesto blog con más frecuencia.

Ahí os dejo un vídeo que cada vez que lo escucho me pone los pelos de punta. Si, no te rías que aún me queda algún pelo que otro. Así que si quieres probar que puedes vibrar más de lo que quizá pienses, escúchalo. Pon la música un poco alta, no pierdas ni un registro por suave y bajo que sea, que los hay y no pocos.  Eso si, si te denuncia algún vecino por el nivel desaforado, cuando vengan los urbanos a llevarte esposado/a no te escudes en que te lo dije yo, que me tienen ganas y verás donde acabo...

¡Guapa...........! te dejo un beso. 

¡Amigo, tienes mi abrazo...!

luis









Esta es la letra de la canción. Preciosa poesía de Garcia Lorca.


PEQUEÑO VALS VIENÉS.


En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del “Te quiero siempre”.

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.”

F. García Lorca




Os sugiero que busquéis más canciones de esta pareja, Silvia Pérez Cruz y David Fernández, en Youtube.  No tiene desperdicio ninguna de ellas.