viernes, 8 de noviembre de 2013

No me importa...

...llevo tiempo pensando en subir un vídeo de Serrat con una de las canciones que más me gustan de las muchas con que nos ha regalado este excelente poeta y cantautor.

Ahí lo dejo. Nada comentaré ya que solo se ha de escuchar con mucha atención.

Mis mejores saludos, amigos.




La vendedora...


...de almendras garrapiñadas.

En mitad de la calle Tablado de la Alberca, allá en lo más recóndito de la provincia de Salamanca, sentada, casi más bien acurrucada y encorvada por el frío, estaba la vendedora de almendras garrapiñadas. Me acerqué a ella. Antes de llegar, su hijo me cortaba el paso ofreciéndome probar sus exquisitas y humildes almendras. Tras hacer gala a su oferta y como paso y pasaporte para lograr mis intenciones, le compré una bolsita de ellas. Ricas, muy ricas eran las almendras. Aún tengo delante unas cuantas y mira que han pasado días.

Entonces, la vendedora que controlaba más de lo que parecía, me sonrió y llamándome señor fotógrafo se ofreció, me evitó, que le suplicara una foto. Presto a no perder tiempo ni a que cualquier desaprensivo quisiera salir en la pose, me acerqué para hacerle unas fotos pero me sorprendió colocando su rugosa mano delante del objetivo.

- Me hará la foto si me deja cantar -- sentí que me decía sin dar crédito a lo que escuchaba. Al verme sonreír me lanzó una bravata con voz seria y hasta algo agria;

- Pero buen hombre ¿cree que no sé cantar...? En mis tiempos de moza, que también lo he sido y me llevaba a los mozos de calle, me ganaba la vida cantando por los pueblos...qué sabrá usté de esas cosas si aún no había nacido...Pero deje, deje que le cante...

Y en menos de un periquete entonó con voz clara pero entrecortada por el paso inexorable de los años aquello de;

La virgen del Pilar dice
que no quiere ser francesa
que quiere ser capitana
de la tropa aragonesa...

- ¿Seguro que usté no la sabía, verdá? Ahora solo saben hacer ruido en esas "triscotecas"...válgame dios...!

Le hice varias fotos. Se dejó a sabiendas de que su imagen quedaba impresa  para siempre, de ahí que se atusara los pocos cabellos que escapaban de la tiranía de su pañuelo.  Mesó con suavidad los cuatro pelillos blancos de su barba y la muy coqueta parecía satisfecha entre  disparo y disparo. Inocuos disparos.

Me fui cuando los mirones y fisgones de turno se arremolinaban como moscas alrededor de una gota azucarada.

- Venga señores...que la anciana aún no ha sacado ni para comer...Venga, cómprenle unas almendras...Si supieran lo ricas que están...

Y sacando unas cuantas de la bolsita, me puse a comerlas delante de la parroquia de absortos turistas que no sabían si realmente vendía almendras o hacía fotos.

La viejecita, guiñándome un ojo, me ofreció una sonrisa cómplice a modo de agradecimiento. 

Yo me perdí calle enfrente en busca de mis compañeros frailinos que amigablemente departían en mitad de la plaza Mayor.

Recuerdos de un día que no fue un día, sino un gran día.

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La Alberca, 12 de octubre de 2013. Encuentro de los frailinos de PazyBien2007.

















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